martes, 22 de enero de 2008

Rocódromo

Como es lógico, poco después de llegar ya me había buscado un rocódromo. La verdad es que hay una gran variedad en Viena. Se ve que hay mucha afición a la escalada, y que estos inviernos tan largos sólo dejan esa opción. Este en concreto pertenece a un club enorme de escalada, tiene una tienda y según parece organizan cursos de alpinismo y cosas así.

El que he eligido yo está bastante bien. Tiene cuatro salas. Tres de ellas de Boulder -alguna con sus barras para dominadas, su campus y todas esas cosas- y una de escalada en vertical.




Como podéis ver en las fotos, hay un montón de presas, incluido en el techo, aparte de un par de desplomes bastante curiosos. Eso es tónica general, todos los techos están llenos de presas. Por suerte abundan los cazos, y meterse en el techo para hacer por lo menos 4 ó 5 movimientos no es tan difícil. La mayoría de las paredes son desplomables, como podéis ver en la pared izquierda de la primera foto. De hecho esta tiene un mecanismo curioso, porque además de tumbarse se levanta, de modo que se puede poner hasta como techo. Detrás de ella hay otra pared, en la que también han puesto presas, que van siendo útiles a medida que esta sube.





Hay bastante gente, y con bastante nivel. La verdad es que la mayoría está bastante fuerte. También se organizan cursillos para niños y es frecuente que al menos una de las salas de búlder esté ocupada. La gente en general es simpática, aunque siempre está los típicos figurines, igual que en España. De todas formas todavía no me he integrado mucho.

En cuanto a las vías verticales están bastante bien. Todavía no las he trepado, por falta de alguien que me asegure. A ver si cojo confianza con alguien y empiezo a tirarles.